Un gran dormidero de pinzón real al sur de los Pirineos

El invierno 2010-2011 llegó particularmente temprano a Europa. Comenzó en noviembre, con una borrasca instalada en el sur de Escandinavia que provocó un descenso brusco de las temperaturas. Las bajas presiones en el Báltico coincidieron con un anticiclón asentado sobre Groenlandia y un frente frío procedente de Siberia. El resultado fue un temporal de frío y nieve que rápidamente barrió gran parte de Europa, desde las islas Británicas hasta Alemania, Polonia, Austria y Rumanía.

El frente frío afectó a muchas de las aves que localizan sus áreas de invernada en Europa central, obligándolas a migrar hacia el sur del continente en busca de mejores condiciones. Sin duda alguna, uno de los acontecimiento más llamativos de este fenómeno fue la llegada de miles de pinzones reales (Fringilla montifringilla) a la península Ibérica y su acumulación en dormideros de gran tamaño. De hecho, aunque todos los años miles de pinzones reales cruzan los Pirineos y se distribuyen principalmente por los hayedos peninsulares, estas grandes congregaciones son raras y suelen producirse de forma más atenuada (1). El mayor dormidero formado durante el invierno 2010-2011 se localizó en Vizcaya y fue la primera vez que se producía una aglomeración de este tipo.

Dado el carácter excepcional del evento, un equipo de investigadores y voluntarios de la Sociedad de Ciencias Aranzadi decidió estudiar el dormidero. Dos años después presentamos los principales resultados, que ya han generado varios artículos científicos (2-4).

Características de los dormideros de pinzón real
El pinzón real es un paseriforme granívoro que abunda en los abedulares y bosques de coníferas de la Eurasia boreal. Acabada la reproducción, el núcleo más occidental de su población se desplaza a lo largo de un eje noreste-suroeste, desde la parte occidental de Rusia hasta Francia. Durante ese periodo tiende a ocupar los hayedos centroeuropeos, donde forma inmensos dormideros comunales, en algunos de cuales se congregan millones de individuos. Los dormideros son habituales en muchas especies de aves y tienen un papel relevante en la supervivencia individual durante el invierno, dado que incrementa la eficiencia a la hora de buscar alimento, reduce el riesgo de depredación y mejora el balance en cuanto a la termorregulación.