Invasión de medusas

La llegada del calor acelera la reproducción de las medusas y, en el Mediterráneo, la más común y una de las mayores es Rhizostoma pulmo, capaz de formar grupos muy numerosos. Conocida vulgarmente como aguamala o acéfalo azul, se caracteriza por tener ocho tentáculos y por el tono añil o morado que marca el borde de su umbrela. De hecho, es lo único que se observa con claridad, ya que el animal es prácticamente traslúcido. No es difícil confundir a estas medusas con un plástico y, de hecho, esta es la causa de que muchas tortugas marinas ingieran bolsas de dicho material, con grave riesgo de morir asfixiadas o por obturación del tubo digestivo.

Con frecuencia, las medusas son arrastradas a la orilla por el oleaje, donde sus células urticantes siguen siendo activas durante un tiempo. En algunos libros se indica que las de esta especie no son capaces de traspasar la piel de una persona, pero es preferible mantener las distancias, por si acaso. Con el cuerpo compuesto por un 99% de agua, no tardan en “evaporarse” cuando quedan expuestas al sol. En el Mediterráneo occidental es fácil verlas en superficie, cerca de la costa, entre los meses de junio y noviembre. Acompañadas a veces de pequeños jureles del género Trachurus que buscan refugio bajo su umbrela.

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