El interés de proteger por interés científico
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Algunos espacios naturales son objeto desde hace años de seguimientos científicos
que aportan información esencial para gestionarlos. La alteración o destrucción
de estos lugares no sólo implicaría la desaparición de hábitats y la extinción
local de especies. También se perdería parte del conocimiento adquirido
y la posibilidad de ampliarlo o de extrapolarlo a otros sitios
con similares condiciones ecológicas.
Uno de los objetivos de la conservación de la biodiversidad consiste en dar prioridad a ciertos lugares y formar con ellos redes de espacios naturales protegidos, algo que tradicionalmente se ha concretado en la creación de parques naturales y reservas. Pero los criterios de selección en España no siempre han sido los más adecuados, a menudo debido a falta de información o de herramientas científicas objetivas.
En los últimos años, la biología de la conservación ha desarrollado diferentes algoritmos que permiten establecer áreas prioritarias, en las que está representado un alto porcentaje de diversidad biológica local. Para ello se tienen en cuenta criterios como la riqueza de especies que alberga un lugar, su grado de endemicidad, el valor de las especies que lo habitan según la categoría de amenaza otorgada, el número de hábitats o el nivel de heterogeneidad del paisaje. Respondiendo a la complejidad de un territorio determinado, la selección dependerá también de parámetros socioeconómicos.
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