El halcón peregrino regresa a la ciudad de Barcelona
Aunque suene raro, el halcón peregrino (Falco peregrinus) puede llegar a formar parte de la fauna urbana. Después de todo, quizá no perciba grandes diferencias entre los edificios de viviendas y los cantiles rocosos donde suele anidar. Otra cosa es que el entorno le resulte favorable. En la ciudad de Barcelona, por ejemplo, los halcones dejaron de criar en el año 1973; debido, sobre todo, a la persecución directa. La última pareja eliminada se había instalado en el campanario de la iglesia de Santa María del Mar. Pero a partir de 1999 el Ayuntamiento de la Ciudad Condal empezó a financiar un proyecto para reintroducir de nuevo a la especie, que ha culminado con el establecimiento de tres parejas reproductoras en 2004. Dos de sus principales responsables, Sergi García y Eduard Durany, nos resumen los pormenores de estos años de trabajo coronados por el éxito.