Lección de desarrollo sostenible en Villafáfila

La Junta de Castilla y León ha adelantado que en breve las lagunas de Villafáfila serán declaradas Reserva Natural. Con ello se verá reforzada la protección legal que ya tenía este humedal estepario y la llanura cerealista que le rodea. El anuncio ha corrido como la pólvora entre los agricultores, que se tendrán que olvidar para siempre de transformar en regadío ni un solo metro cuadrado de esta zona del noreste zamorano. A cambio, tienen mucho que ganar. De hecho, ya habían empezado a hacerlo.

Un censo de más de dos mil ejemplares hacen de este sector de la gran comarca castellana de Tierra de Campos el gran santuario de la avutarda (Otis tarda), catalogada como amenazada a escala mundial. Pocos podían imaginar en 1987, cuando la Unión Europea (UE) creó aquí una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de más de treinta mil hectáreas, que la medida convertiría a esta especie en algo así como la gallina de los huevos de oro. En efecto, pocos años después comenzó a llegar dinero desde Bruselas para fomentar un tipo de agricultura que beneficiase a la avutarda.