¿Por qué están moteados de rojizo los huevos de los páridos?

Las aves forman uno de los grupos más coloridos del mundo animal. Sus plumas, picos y ojos suelen estar adornados con conspicuos colores, que han despertado desde siempre la fascinación de ornitólogos y amantes de la naturaleza. Pero la llamativa coloración de las aves no se limita a sus estructuras corporales, sino que se hace extensiva a otros aspectos externos como nidos y huevos. Los huevos de las aves exhiben una diversidad enorme de colores y, mientras los de unas especies tienen la cáscara completamente blanca, los de otras son de color azulado o incluso marrón, por citar dos ejemplos que puedan considerarse más o menos extremos. Además, es muy frecuente que sobre esta coloración de fondo aparezcan moteados o manchas que resalten significativamente.



Aunque los huevos de una misma especie tienden a ajustarse a un patrón de coloración similar, también es cierto que puede apreciarse un alto grado de variabilidad entre ellos. Esta variabilidad natural ha sido un enigma que ha despertado el interés de ornitólogos y ecólogos, fruto del cual han surgido multitud de hipótesis para explicarlo. Algunas de estas hipótesis –como el mimetismo, el reconocimiento de los huevos por parte de los progenitores o incluso la selección sexual– pueden considerarse ya clásicas en ecología debido a la gran cantidad de estudios que han inspirado. Pero, hasta el momento, no parece que se hayan encontrado unas leyes generales que expliquen tanta diversidad de color. El motivo probablemente tenga que ver con la diferente biología de las especies o con características relacionadas con la funcionalidad de cada pigmento implicado en la coloración de la cáscara de los huevos.