Cada vez más comunidades autónomas optan por los descastes de cormorán grande, tras ser descatalogado como especie amenazada y ante la presión de los pescadores deportivos. Sin embargo, el impacto sobre poblaciones de la ictiofauna silvestre que se le atribuye es minimizado por estudios como los realizados en Asturias, donde los cormoranes son el chivo expiatorio de un declive salmonero producido por la degradación de hábitat y la sobrepesca.
Cuadro 1:
LA AYUDA DE LOS QUE MÁS SABENIntercafe (“Interdisciplinary initiative to reduce Pan-European cormorant-fisheries conflicts”) es una red de investigadores interesados por las interacciones entre cormoranes y pesquerías, con más de medio centenar de participantes de veinticinco países de Europa y Oriente Medio. Su función principal es aportar información útil y actualizada para ayudar a reducir el conflicto social generado por la depredación de estas aves sobre los recursos pesqueros, especialmente orientada a colectivos afectados y a entidades con competencias en la gestión de las poblaciones de la especie. Varios informes reflejan la intensa actividad de investigación y asesoramiento desplegada por Intercafe en los últimos años, tal y como puede comprobarse en su web, accesible en www.intercafeproject.net
Figura 1:
POBLACIÓN EN ASTURIAS DESDE 1980 Evolución de la población invernante de cormorán grande en Asturias desde 1980, según los datos aportados por la Coordinadora Ornitolóxica d’Asturies. Tras años de fuerte incremento, se aprecia con el cambio de siglo una fase de estabilización e incluso descenso, en sintonía con lo ocurrido en las poblaciones reproductoras europeas.
Figura 2:
SALMONES CAPTURADOS DESDE 1953Capturas oficiales de salmón en Asturias desde mediados del siglo XX. La tendencia negativa en el número de salmones precintados (pescados legalmente) ya era evidente mucho antes de que surgiera el conflicto entre pescadores deportivos y cormoranes.
Cuadro 2:
MÁS DE 1.500 FIRMASLa Coordinadora Ornitolóxica d’Asturias ha presentado más de 1.500 firmas de ciudadanos en apoyo a su reivindicación de que se detengan los descastes de cormoranes grandes en Asturias. Las firmas fueron entregadas recientemente al Gobierno del Principado, acompañadas de una carta en la que recordaban a las autoridades regionales que “esta medida, que tiene por objeto reducir la población invernante de una especie cuyo impacto sobre el ecosistema es mínimo, no sólo no se encuentra avalada por ningún tipo de criterio científico sino que incluso contradice estudios de la propia Consejería de Medio Ambiente de Asturias”.
(((autor)))David Álvarez Fernández es doctor en Biología y en la actualidad trabaja en la Universidad de Oviedo. Su carrera investigadora, parte de la cual se ha desarrollado en la Universidad de Glasgow, en Escocia, se ha centrado en comportamiento, fisiología y dinámica poblacional de vertebrados, con especial dedicación a los cormoranes. En la actualidad está involucrado en varios proyectos sobre hibridación entre salmones y truchas, así como sobre estructura genética y modelos de dispersión en poblaciones subdivididas de peces y anfibios.
AgradecimientosA la Coordinadora Ornitolóxica d’Asturias (COA) por la cesión de los datos de censos de cormoranes grandes invernantes. También a Elías García, Manuel Antonio Fernández Pajuelo, Manuel Quintana y Adrián Vigil.
Dirección de contacto:
David Álvarez • Departamento de Biología de Organismos y Sistemas • Unidad de Ecología • Universidad de Oviedo • c/ Rodrigo Uría, s/n • 33006 Oviedo • Correo electrónico:
dalvarez@innova.uniovi.esBibliografía(1) Del Moral, J.C. y De Souza, J.A. (2004). Cormorán grande invernante en España. II Censo Nacional. SEO/BirdLife. Madrid.
(2) Braña, F.; Nicieza, A.G. y Toledo, M.M. (1992). Effects of angling on population structure of brown trout, Salmo trutta L., in mountain streams of Northern Spain. Hidrobiología, 237: 61-66.
(3) Engstrom, H. (2001). Long term effects of cormorant predation on fish communities and fishery in a freshwater lake. Ecography, 24 (2): 127-138.
(4) Berryman, A.A. (1986). Forest insects: principles and practice of population management. Plenum Press. Nueva York.
(5) Wagner, F.H. y Seal U.S. (1987). Values, problems and methodologies in managing overabundant wild-life populations: an overview. En Wildlife 2001: populations (págs. 279-293). D.R. McCullough y R.H. Barret (editores). Elsevier Scientific Publications. Londres.
(6) Ripple, W.J. y Beschta, R.L. (2003). Wolf reintroduction, predation risk, and cottonwood recovery in Yellowstone National Park. Forest Ecology and Management, 184: 299-313.
(7) Staub, E. y otros autores (1998). The effect of predation by wintering cormorants Phalacrocorax carbo on grayling Thymallus thymallus and trout (Salmonidae) populations: two case studies from Swiss rivers. Journal of Applied Ecology, 35: 607-610.
(8) Solano, S. y Silva, P. (2005). Seguimiento de cormorán grande en los ríos Caudal /Aller y Narcea y análisis del contenido estomacal de los cormoranes grandes capturados en los ríos Nalón y Narcea. Viceconsejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Gobierno del Principado de Asturias. Informe inédito.
(9) Solano, S; Silva, P. y Ribera, V. (2006). Seguimiento de cormorán grande en Asturias (noviembre 2005-marzo 2006) y análisis de su dieta invernal. Viceconsejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Dirección General de Recursos Naturales y Protección Ambiental. Gobierno del Principado de Asturias. Informe inédito.
(10) Ribera, V; Silva, P. y Solano, S. (2007). Análisis de la dieta invernal del cormorán grande en Asturias, año 2007. Dirección General de Recursos Naturales y Protección Ambiental. Gobierno del Principado de Asturias. Informe inédito.
(11) Keller, T. y Lanz, U. (2003). Great Cormorant Phalacrocorax carbo sinensis management in Bavaria, southern Germany. What can we learn from seven winters with intensive shooting? Vogelwelt, 124 (Suppl.): 339-348.
HEMEROTECA
Quercus 218 (abril 2004)Ref. 5301218 / 3’90 euros• El cormorán grande en Europa, crónica de un conflicto anunciado. Emma Guinart, Ricard Gutiérrez y Jordi Ruiz-Olmo.
(((pies de foto)))
(((apertura))))En una estampa habitual en los humedales y medios fluviales ibéricos, un cormorán grande despliega sus alas, para secarlas, mientras reposa en un posadero (foto: Joseba del Villar).
(((interior 1)))El cormorán grande es una especie de hábitos gregarios. Un grupo de ejemplares ocupa las ramas de un árbol ribereño utilizado como dormidero comunal (foto: Joseba del Villar).
(((interior 2)))“Satán accedió al Jardín del Edén saltando la pared como un animal o un ladrón. Una vez allí, se sentó en el árbol de la vida tomando la forma de un cormorán, un ave de presa.” Esta cita de El paraíso perdido, el célebre poema épico que el inglés John Milton escribió en el siglo XVII sobre el mito bíblico de Adán y Eva, refleja la animadversión del hombre hacia un animal con el que desde hace siglos ha convivido en toda Europa, tanto en los hábitats costeros como, más recientemente, en las aguas interiores.
El hecho de que millones de años de evolución hubieran hecho del cormorán grande (Phalacrocorax carbo) un ave perfectamente adaptada a la pesca, con una eficiencia en muchas ocasiones mayor que la de cualquier pescador humano, hizo surgir el odio hacia esta especie. Se la llegó a considerar una alimaña, una plaga, y por lo tanto debía ser exterminada, hasta el punto de haber sido puesta al borde de la extinción a mediados del siglo XX.
La presión ejercida por el entonces incipiente movimiento conservacionista consiguió que finalmente se la declarase estrictamente protegida en toda Europa. Se la incluyó en el Anexo I de la Directiva Aves, quedando prohibida su caza y cualquier tipo de actividad que pudiera perjudicar a la por entonces reducida población reproductora. Pero su espectacular recuperación desde entonces ha vuelto a ponerla en el punto de mira, resucitando fobias que parecían cosa del pasado.
Los daños producidos por los cormoranes en la industria de la acuicultura han desatado las alarmas en el norte de Europa. Mientras, en España, el gran auge experimentado por la pesca deportiva, apoyada por importantes grupos de presión tanto políticos como sociales, han forzado a las administraciones públicas a tomar medidas de control sobre la especie. De hecho, tras unos años de dudas, el cormorán grande fue retirado del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en 2004, lo que dejó la puerta abierta para que las comunidades autónomas comenzaran a aplicar los descastes que los colectivos que se consideraban afectados deseaban desde hace tiempo.
Según los últimos censos europeos, la población reproductora de cormorán grande se ha estimado en unas 200.000-250.000 parejas, la mayoría localizada en Holanda, Dinamarca y Alemania. Su incremento a partir de los años sesenta llevó aparejado un mayor número de ejemplares invernantes en el sur de Europa. En 2003 se estimaron para España casi setenta mil aves (1), lo que hacía de nuestro país uno de los lugares de invernada más importantes para la especie de toda Europa.
Las causas de esta tendencia al alza no están del todo claras, pero todos los indicios parecen señalar a la influencia de las actividades humanas. El auge de la acuicultura ha proporcionado a los cormoranes una fuente casi inagotable de alimento fácil de conseguir. Asimismo, la eutrofización de las masas de agua y la construcción de embalses han alterado las comunidades de peces y han incrementando las posibilidades de los cormoranes de explotar grandes densidades de presas. Algunos trabajos apuntan a que una presión excesiva de los pescadores ha ocasionado la desaparición de grandes peces depredadores, lo que ha alterado la estructura de tallas y ha facilitando el acceso de los cormoranes a presas de pequeño tamaño que son fácilmente consumidas (2, 3).
Estas nuevas fuentes de alimento, unidas a una legislación proteccionista, parecen haber sido suficientes para que el cormorán grande superara la situación crítica por la que pasó a mediados del siglo pasado y alcanzara una población igual o incluso superior.