Alcaudones chicos en el Zoo de Barcelona

Aunque el alcaudón chico (Lanius minor) sea una de las aves más escasas y amenazadas de nuestra fauna, no se trata de una especie que corra peligro en el extremo oriental de su área de distribución, pues puede considerarse abundante en Europa del este, Turquía y Asia central. Sin embargo, hasta la península Ibérica llegan unos pocos ejemplares, cada vez menos, para criar en zonas de campiña repartidas por el valle del Ebro. En concreto, este año solamente se ha detectado una pareja y tres individuos sueltos en la finca Torre Ribera, situada a las afueras de Lleida, mientras que no se ha visto ningún ejemplar en la comarca del Bajo Cinca, en la vecina provincia de Huesca. Los datos de años precedentes son asimismo paupérrimos, tanto en Cataluña como en Aragón: respectivamente, dos y una parejas en 2009 y cuatro y una parejas en 2008. No es de extrañar que el alcaudón chico esté catalogado como especie en “Peligro Crítico” en el Libro Rojo de las aves de España.

De hecho, la población cautiva es muy superior a la silvestre. Esta primavera había ocho parejas de alcaudón chico en el Centro de Recuperación de Fauna de Vallcalent, en Lleida capital, y otras dos fueron trasladadas hasta el Zoo de Barcelona. Las nuevas instalaciones del Zoo quedaron inauguradas el pasado 7 de julio y han contado con el respaldo del Departamento de Medio Ambiente y Vivienda de la Generalitat de Cataluña y de la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Desde entonces están abiertas a la curiosidad del público, que tiene la oportunidad de ver de cerca al más raro de los cuatro alcaudones de la fauna ibérica y de informarse sobre su delicada situación.

Pero el Zoo de Barcelona no se conforma con exhibir a tan peculiares inquilinos, también se ha sumado al programa de cría en cautividad y cuenta con seis jaulones donde favorecer la reproducción de unas aves que no se emparejan fácilmente. Tanto es así que, por precaución, el macho y la hembra han de mantenerse en estancias diferentes hasta que sea patente su interés mutuo. Junto con Vallcalent, el Zoo de Barcelona servirá para mantener una reserva genética de la especie y está previsto que ambos centros contribuyan a reforzar las poblaciones silvestres reproductoras. Lo cual ya es un hecho en Vallcalent. Además, como muy bien viene al caso, nunca conviene poner todos los huevos en la misma cesta.