www.revistaquercus.es

Dos extraños chafarrocas localizados en las costas de Murcia

A la izquierda, hábitat típico del chafarrocas Gouania wildenowi con un juvenil asomando entre los cantos rodados. A la derecha, ejemplar adulto de esta misma especie.
A la izquierda, hábitat típico del chafarrocas Gouania wildenowi con un juvenil asomando entre los cantos rodados. A la derecha, ejemplar adulto de esta misma especie.

Por Javier Murcia

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Los chafarrocas, o peces lapa, son muy difíciles de detectar debido a su pequeño tamaño y a la facilidad que tienen para camuflarse. De las ocho especies citadas en aguas del Mediterráneo español, dos de las más raras han sido recientemente observadas en aguas del litoral murciano.
Los chafarrocas son un grupo de peces marinos que tienen la capacidad de agarrarse firmemente a superficies sólidas, como rocas, algas y fanerógamas, gracias a una ventosa situada en la región ventral y que procede de la modificación de sus aletas pélvicas. A causa de este peculiar rasgo también se les conoce vulgarmente como “peces lapa”. En cualquier caso, se trata de una característica común a los integrantes de la familia Gobiesocidae, que cuenta con un total de 120 especies repartidas por todos los mares del planeta.

En nuestras costas podemos encontrar un total de 8 especies, algunas de ellas muy abundantes aunque difíciles de ver en su hábitat natural, ya que tienden a ocultarse debajo de las rocas. Otras, sin embargo, son bastante más raras y resultan casi desconocidas para la ciencia.

Uno de estos pececillos, muy esquivo y del que apenas si tenemos datos, es el chafarrocas de los erizos (Apletodon incognitus), cuyo nombre vulgar se explicará más adelante. Se trata, sin duda, de uno de los peces más pequeños de nuestras costas, ya que mide sólo 3’5 centímetros de longitud, y casi no ha proporcionado citas debido a su reducido tamaño, su coloración mimética y lo fácilmente que se adapta a los distintos hábitats marinos.

Para hacerse una idea de su rareza baste decir que es una de las especies más recientemente descubiertas en el Mediterráneo. El chafarrocas de los erizos fue descrito para la ciencia por Hofrichter y Patzner en 1997. Pero fue todo un quebradero de cabeza para estos autores, ya que antes de asignarle su nombre actual de Apletodon incognitus, tuvieron que diferenciarlo de una supuesta subespecie designada previamente como Diplecogaster bimaculata pectoralis. Una serie de estudios genéticos permitieron demostrar que se trataba de una especie distinta y, por lo tanto, nueva para la ciencia.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios