Caracterización genética y estado de conservación del jameíto

De las siete islas principales que componen el archipiélago canario, Lanzarote es una de las más antiguas, pues se originó hace unos 15 millones de años. No obstante, a lo largo de su turbulenta historia geológica, ha pasado por diversos periodos de vulcanismo que le han conferido su característico paisaje marciano. De especial relevancia fue la erupción volcánica que tuvo lugar hace aproximadamente 21.000 años en el norte de la isla, a resultas de la cual se formó el tubo volcánico de La Corona (1). Esta estructura alberga en su interior el mayor sistema anquialino de Atlántico nororiental, conocido popularmente como Los Jameos del Agua.

Los sistemas anquialinos son cavidades situadas tierra adentro y anegadas por agua salobre o marina debido a la existencia de conexiones subterráneas con el océano. Este tipo de hábitat existe en todo el mundo y alberga una fauna fascinante y singular, dominada principalmente por crustáceos que han desarrollado adaptaciones extremas a los sistemas cavernícolas, ya sean morfológicas, fisiológicas o etológicas. A pesar del interés general que despiertan los sistemas anquialinos, el impacto de ciertas actividades humanas, como el turismo abusivo, el vertido de residuos, la apertura de canteras y pozos o incluso el vandalismo, suponen una seria amenaza para estos extraordinarios ecosistemas y su fauna asociada. El sistema anquialino de Los Jameos del Agua no es una excepción, ya que se ha visto drásticamente afectado por la construcción de un centro turístico.

pie de foto: Primer plano de un jameíto (Munidopsis polymorpha). La foto fue tomada en el curso del primer Seminario Internacional de Fauna Marina y Anquialina, celebrado en Lanzarote el año pasado (foto: Juan Valenciano).