El meloncillo, víctima del alarmismo
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Las mangostas son carnívoros propios de la fauna africana y asiática. Su único representante en Europa sólo vive en el suroeste ibérico, lo que ya de por sí le confiere un plus de interés científico y conservacionista. Sin embargo, hoy en día el meloncillo es víctima de la alarma y el ensañamiento de ciertos sectores que manejan
información errónea o falsa sobre su biología y ecología.
Adenexadenex@adenex.org
Recientemente leíamos en la prensa, con un poco de estupor y mucha indignación, una nota difundida por algunos medios de comunicación, donde la asociación agraria Apag Extremadura Asaja alertaba sobre una supuesta plaga de meloncillo que presuntamente está devastando la producción ganadera de Extremadura. Era un texto plagado de falsedades y errores, que sólo puede ser fruto bien de la incultura, bien del sensacionalismo o bien de algún interés oculto.
El meloncillo, que es el nombre del pobre animal objeto de este linchamiento mediático, puede ser el centro de otro capítulo de psicosis colectiva basada en conceptos falsos del tipo de las vacas locas o de los buitres asesinos. Motivo por el cual intentaremos poner las cosas en su sitio.
El meloncillo es un pequeño mamífero de unos dos kilogramos, menor que un gato, clasificado en la familia de las mangostas y, según los últimos estudios científicos, autóctono de la península Ibérica. Aunque las mangostas tienen una distribución principalmente africana y asiática, el meloncillo es una especie que llegó hace cientos de miles de años a Europa a través del estrecho de Gibraltar. Con anterioridad, sin base científica, se había supuesto que había sido introducido por los árabes hace doce siglos, al igual que la gineta, pero ahora se ha demostrado que no fue así. No olvidemos que el gato doméstico, también de origen africano y domesticado por los egipcios hace cuatro milenios, no llegó a Europa hasta después de la Edad Media.
Como un gato matando una ternera
Los meloncillos son cazadores que, por su tamaño y pequeñas garras, están entre los más débiles de los carnívoros españoles y sólo capturan presas de menos de medio kilo. Comen un poco de todo: reptiles, ratones, carroña, insectos... y gazapos donde los hay, pues difícilmente pueden con un conejo adulto. Por tanto, no son ni sanguinarios, ni vampiros, ni asesinos, ni poderosos, como se dice en algunos medios de comunicación.
Cualquier experto pondría en duda su capacidad para matar una oveja que multiplica muchas veces su peso. Y es del todo imposible que maten un ternero como dicen algunos ganaderos ¿Se imaginan un gato matando una ternera?
PIE DE FOTO:
Un meloncillo reposa sobre un madero en un centro de recuperación de fauna silvestre (foto: Luis Miguel Ruiz).