Tras más de medio siglo de la desaparición del quebrantahuesos de los Picos de Europa, se ha formado en estas montañas una primera pareja que muestra indicios de poder reproducirse en el futuro, entre ellos cópulas ya observadas. Todo un hito para el proyecto que pretende la reintroducción de la especie en esta zona.
Por Gerardo Báguena
La población ibérica de quebrantahuesos demuestra una tendencia positiva de crecimiento desde la última década del siglo XX y cada vez se producen más avistamientos de ejemplares divagantes fuera de los Pirineos. Pero todavía está sometida a numerosos factores de riesgo, como puede ser el empaquetamiento demográfico, el descenso de la productividad o una elevada estocasticidad.
Todo ello sumado a las características biológicas inherentes del quebrantahuesos, como una marcada filopatría – tendencia a regresar al área natal– y su escasa capacidad de expansión de forma natural, hace que las probabilidades de que esta especie amenazada colonice sus antiguos territorios por sí misma sean realmente escasas.
De la década de los sesenta datan las últimas citas de quebrantahuesos en los Picos de Europa, concretamente en el desfiladero del río Cares. Estas referencias coinciden con relatos de naturalistas de las localidades cercanas, quienes recuerdan la existencia de dos nidos. Lograr la recuperación de esta rapaz amenazada en esas montañas cantábricas es la meta que nos hemos planteado desde la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos
(FCQ).El objetivo es ampliar el área de distribución actual y contribuir a disminuir el riesgo de extinción en el territorio peninsular de una especie que mantiene concentrada en la cordillera pirenaica la única población silvestre viable de toda Europa.
Autor: Gerardo Báguena (
gerardo@quebrantahuesos.org), de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, dirige este proyecto de reintroducción.