Los machos están diseñados para conseguir hembras
Estrategias de apareamiento y selección sexual del
ciervo en Doñana
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Los ciervos de la España mediterránea tienen un comportamiento reproductor distinto al de sus congéneres del resto de Europa. Algunos machos, en lugar de reclutar y
defender harenes de hembras, optan por establecerse en los territorios con mejores pastos, donde las ciervas han de acudir en busca de alimento y protección.
Los seres vivos están hechos esencialmente para producir copias de su propio material genético. Machos y hembras comparten este objetivo, pero apuestan por estrategias diferentes. La de la hembra puede considerarse la reproducción por excelencia, ya que utiliza sus nutrientes para construir los cuerpos de los descendientes, ya sea mediante huevos cargados de alimento o aportándoselo a las crías durante su desarrollo. La estrategia del macho se basa en aprovechar que existen hembras, para simplemente completar la dotación genética de los óvulos. Los paquetes de genes sin dote de nutrientes (espermatozoides) son baratos de producir y, por lo tanto, numerosos. Los machos que sólo fecundan, sin cuidar a las crías, pueden mantener su potencial para inseminar a muchas hembras. Aunque esta situación no se da en todas las especies (en muchas de ellas los machos contribuyen a la cría tanto o más que las hembras), la posibilidad de aparearse con varias hembras aumenta su éxito reproductor: cada vez que fecundan a una nueva, hacen también suyo todo el éxito de su pareja en esa temporada de cría.
En tales condiciones, aquellos caracteres que permitan a un macho conseguir más hembras se verán fuertemente favorecidos por la selección. En consecuencia, los machos están literalmente hechos para conseguir hembras. El mejor modo de conseguirlas depende de muchos factores, relacionados tanto con las características biológicas de cada especie como con los elementos del medio en el que se desenvuelve (1).