De nada sirvió la alerta ecologista sobre los efectos nocivos para la biodiversidad de la medida, respaldada por más de un centenar de científicos: el Gobierno madrileño llevó a cabo la fumigación aérea de más de 1.500 hectáreas protegidas, con el beneplácito del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Por Mª Ángeles Nieto, Raúl Urquiaga, Simón Cortés, Concha Velasco y Antonio Martínez
A finales del mes de septiembre, diversas organizaciones Ecologistas de la Comunidad de Madrid tuvimos conocimiento de que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, a través de su Dirección General del Medio Ambiente, tenía prevista la fumigación aérea de 1.421 hectáreas de pinares en la comarca de la Sierra Oeste de Madrid.
Posteriormente esta cifra se incrementó a las 1.695 hectáreas, ya que supimos que la dehesa de Marimartín, en el término municipal de Navalcarnero, también había sido incluida.
Desde el principio ecologistas y científicos hemos trabajado en colaboración y de forma paralela para valorar estos tratamientos y, por un elemental principio de precaución, intentar frenarlos ante el daño a la biodiversidad que podían conllevar. Las mismas preguntas estaban en la mente de todos: ¿por qué ahí y
ahora?Autores: Mª Ángeles Nieto, Raúl Urquiaga, Simón Cortés, Concha Velasco y Antonio Martínez son los respectivos portavoces de las asociaciones Ecologistas en Acción, Grama, ARBA, Sierra Oeste Desarrollo S.O.S.tenible y Asociación Ecologista del Jarama “El Soto”.
Contacto: Ecologistas en Acción de Madrid,
madrid@ecologistasenaccion.org