Las aves de Tami, un lugar recóndito en un pequeño país africano

Togo es un pequeño país africano que pasa desapercibido a los europeos. Encajonado entre Ghana, Benín y Burkina Faso, su territorio se alarga unos 600 kilómetros en dirección norte-sur, pero no supera los 160 kilómetros en el eje este-oeste. La capital, Lomé, tiene cerca de 800.000 habitantes y se encuentra al sur del país, a orillas de la bahía de Benín, en el golfo de Guinea. Los aproximadamente seis millones de habitantes de Togo pertenecen a cincuenta etnias distintas y se distribuyen en ciudades medianas y grandes, con Lomé a la cabeza, aunque también hay múltiples y pequeños poblados dispersos por todo el país. La región administrativa más norteña, limítrofe con Burkina Faso, se denomina Les Savanes y es la más deprimida, en parte por estar lejos del centro político, administrativo y económico que representa Lomé y en parte por carecer de infraestructuras adecuadas.

El caso es que en Les Savanes se dan los índices de desarrollo más bajos del país. Al noroeste de esa región, en plena sabana árida y arbolada, paso previo al Sahel, se encuentra Dapaong, su capital administrativa, con una población cercana a los 60.000 habitantes. A unos 15 kilómetros al oeste se ubica la pequeña población de Tami, donde hace más de cuatro décadas se construyó el Centro de Formación Rural de Tami (CFRT), una finca de apenas 100 hectáreas de extensión. Sin duda, se trata de un sitio olvidado, en una región aislada perteneciente a un pequeño y desconocido país.