El rural y delicioso cardillo
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Las doradas flores del cardillo (Scolymus hispanicus) son un excelente reclamo para los insectos polinizadores. |
sábado 30 de mayo de 2015, 21:02h
El cardillo destaca por sus llamativas flores amarillas, un rasgo que quizá haya contribuido a reforzar su popularidad. Aunque ya cuenta con un merecido protagonismo en no pocos pueblos de España debido a sus numerosos usos tradicionales.
Por J. Ramón Gómez
Dentro de nuestro amplio elenco de hierbas comunes las hay muy urbanas, que aparentemente prefieren vivir en ambientes cerrados y soportan estoicamente las limitaciones propias de las ciudades. Pero también hay otras hierbas familiares que han optado por quedarse en ambientes rurales, donde los recursos son más abundantes y pueden llevar una vida con menos sobresaltos, aunque no exenta de ciertos problemas.
A las hierbas les ocurre lo mismo que a las personas: no todo el mundo está preparado para soportar el estrés de las ciudades. Las hierbas urbanas tienen que adaptarse a relevantes restricciones: falta de nutrientes, limitación hídrica, pisoteo, contaminación o incluso la ausencia de polinizadores, por citar sólo los más importantes. Las hierbas camperas, por el contrario, están preparadas para establecerse rápidamente en zonas marginales de caminos y campos de cultivo, en terrenos removidos o en superficies cercadas que limitan el acoso del ganado. Pero están sujetas a una marcada estacionalidad que les obliga a regirse por unos ciclos de vida muy cortos. Pues bien, a este segundo grupo de plantas rurales pertenece el cardillo (Scolymus hispanicus), nuestro protagonista del mes de junio. Se trata de un cardo muy abundante en todo el territorio peninsular, aunque raras veces podrá verse cerca de las ciudades. Por estas fechas no hay cultivo, erial o cuneta donde no crezcan los cardillos, en mayor o en menor número.