Diversos estudios revelan que los herbívoros, ya sean silvestres o domésticos, que habitan en el antiguo distrito minero del Valle de Alcudia y Sierra Madrona están expuestos a elevados niveles de contaminación por plomo. La acumulación de este metal tóxico en el hígado y los músculos representa un riesgo para la salud y llega a superar los umbrales máximos admitidos en seguridad alimentaria.
Por Jaime Rodríguez-Estival, Jennifer Pareja-Carrera y Rafael Mateo
El Valle de Alcudia y Sierra Madrona se encuentran situados al sur de la provincia de Ciudad Real y suman una superficie de 226.000 hectáreas. Por su riqueza biológica y cultural, forman uno de los espacios naturales más destacados de la España peninsular, lo que les ha hecho merecedores de diversas figuras de protección ambiental, entre ellas su declaración conjunta como Parque Natural en 2010. Estrechamente vinculados a la unidad geográfica de Sierra Morena, destacan además por albergar una importante serie de yacimientos minerales muy ricos en plomo, especialmente de galena argentífera, lo que favoreció su explotación minera en fecha tan temprana como el primer milenio antes de Cristo. Tras constantes altibajos a lo largo de su historia, motivados por variaciones en la demanda y los avances tecnológicos, este antiguo distrito minero llegó a ser el principal productor de plomo de España entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX. Pero a partir de 1930 la minería entró en una progresiva recesión de la que ya no se recuperaría y fue completamente abandonada en el año 1988, cuando la última concesión que quedaba en funcionamiento fue definitivamente cerrada.
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