Apostamos a que todos tenemos un conocido, o un conocido de un conocido, que tiene tortugas de tierra por mascota. Nos referimos sobre todo a las que presentan poblaciones autóctonas en España, es decir, la tortuga mediterránea (Testudo hermanni) y la tortuga mora (T. graeca).
Imaginen entonces cuántas pueden estar “campeando” hoy en día por terrazas, patios y jardines. ¿Y si además consideramos que algunos particulares poseen decenas –e incluso cientos– de tortugas a causa de su cría incontrolada?
Sin embargo, tener estas tortugas es ilegal desde hace más de cuarenta años. Es más, el pasado 1 de julio entró en vigor la reciente reforma del Código Penal, aprobada por la Ley Orgánica 1/2015, en la que se endurece la tenencia de especies protegidas con penas de prisión.
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