Al pasear por la ciudad o por el campo, a nada que seamos un poco observadores, veremos que muchas de las hierbas que nos rodean muestran lo que ocurre alrededor. Se conocen como especies bioindicadoras y resultan sumamente útiles. Unas nos descubrirán las propiedades químicas del suelo, su profundidad o su fertilidad, otras señalarán las carencias o los contrastes climáticos que puedan darse en una región, e incluso algunas nos marcarán las cotas altitudinales. Si somos capaces de leer sus mensajes, entenderemos mucho mejor el escenario donde nos movemos.
Hay hierbas que nos advierten de cambios más sencillos o simplemente nos avisan de la llegada de la siguiente estación. Tras el frío y duro invierno, es lo que ocurre con el barrunto de la primavera y ahí la gamonita, la protagonista de este mes, cobra especial realce. Antes que nadie, adelantándose incluso al precoz almendro, nos muestra con valentía que el invierno toca a su fin. Tras ella aparecerán otras muchas hierbas, que de momento permanecen agazapadas a la espera de que el tiempo mejore.
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