Con el nombre de media veda se conoce al periodo estival de aproximadamente un mes en el que se autoriza la caza de ciertas especies como la paloma torcaz (Columba palumbus), la tórtola europea (Streptopelia turtur) y la codorniz (Coturnix coturnix), que suelen ser abatidas desde puestos fijos durante el paso migratorio postnupcial de estas aves.
Dejemos a un lado la controversia no resuelta acerca de que este periodo cinegético especial no se ajusta a la prohibición de cazar en época de cría, tal y como dictaminó el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en favor de las demandas de Ecologistas en Acción. Por este motivo hay interpuestos recursos contencioso-administrativos en varias comunidades autónomas.
Más preocupante si cabe es que los desmanes en materia cinegética durante la media veda tienen cada día mayor impacto. Estas prácticas, a veces fraudulentas, otras veces simplemente delictivas, están extendidas por todo el país, pero se concentran más en regiones como Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, Extremadura, Andalucía, Castilla y León, Navarra o Aragón.
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