En febrero y marzo de 2015 se produjeron en la cuenca del Ebro una serie de episodios de inundación que dispararon las demandas para que, a la mayor brevedad, se ejecutasen dragados en toda la cuenca. De forma más tímida, estas peticiones se han vuelto a repetir este año, después de algunos pequeños episodios invernales.
Que los dragados y las llamadas limpiezas de la vegetación en las márgenes fluviales sean prácticamente la única respuesta dada por la Administración hidráulica, desde hace años y en todas las cuencas ante los daños causados por las inundaciones, ha llevado a grupos de científicos y juristas a cuestionarse estas actuaciones.
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