En abril de 2014 y tras una investigación, la patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Lepe (Huelva) procedió a identificar a un guarda que circulaba uniformado en su moto por un coto de caza del término municipal onubense de Cartaya. En el transportín del vehículo se hallaron seis lazos zorreros dispuestos para su colocación y un hacha.
Ante la sospecha de un posible caso de control ilícito de depredadores, los agentes inspeccionaron el entorno concienzudamente y hallaron una jaula trampa vacía, dos lazos activos colocados junto a una zorrera y el cadáver de un meloncillo (Herpestes ichneumon) escondido entre el matorral.
El equipo de investigación del Seprona de la Comandancia de Huelva extrajo muestras para ADN del borde del hacha, por si esta herramienta hubiera sido utilizada para fines ilegales, y recogieron minuciosamente dos pelos hallados en el interior de la jaula trampa.
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