Entre las recomendaciones aportadas por la publicación destacan el uso de cubiertas vegetales, la rotación de cultivos, la reducción de uso de fitosanitarios o la fertilización orgánica. Asimismo, se aconsejan actuaciones que persiguen la mejora del hábitat natural, como la implantación de setos en lindes, la conservación y restauración de la vegetación de los arroyos (incluyendo la protección de las balsas de riego), el mantenimiento de los enclaves de vegetación natural y árboles aislados o la conservación de majanos y muros de piedra.
La Guía de buenas prácticas agrarias para la conservación del lince ibérico, de veinte páginas, puede ser descargada en el enlace https://goo.gl/ehyx4Z