La Asociación de Naturalistas Palentinos, dentro del programa de seguimiento de especies que lleva a cabo en la provincia de Palencia, viene realizando desde 2005 unos recorridos mensuales en automóvil por la comarca de Tierra de Campos para contabilizar rapaces diurnas.
Estos itinerarios sirven para conocer la abundancia relativa de estas aves y la fenología de las diferentes especies migratorias, estivales o invernantes. También se usan como herramienta para predecir explosiones demográficas de roedores, como es el caso del topillo campesino (Microtus arvalis). Pero además, la visita regular a una extensa zona agrícola brinda sorpresas tan inesperadas como la de detectar nuevas especies, como ha sido el caso del aguilucho papialbo (Circus macrouros), del que se ha podido confirmar la primera cita de cría en España.
El pasado 1 de junio, los autores de este artículo participábamos en uno de los censos de rapaces. En un punto del recorrido detuvimos el vehículo para identificar y contar varios aguiluchos cenizos (Circus pygargus) y pálidos (Circus cyaneus), cerca de la localidad de Paredes de Nava, en una zona donde también crían aguiluchos laguneros (Circus aeruginosus). De forma casi inmediata se escuchó una exclamación de François, uno de los autores: ¡Hay un papialbo!
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