Los hechos juzgados se remontan al año 2012, cuando agentes medioambientales de la provincia de Ciudad Real localizaron el cadáver de un buitre negro (Aegypius monachus) supuestamente envenenado en el término municipal de Agudo. En los siguientes días y tras realizar las correspondientes inspecciones, agentes medioambientales, junto a componentes de la Unidad de Investigación de Venenos (UNIVE) de Ciudad Real y de la Unidad Canina de Albacete, localizaron los cadáveres de tres buitres leonados (Gyps fulvus) y de una oveja comida por los buitres.
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