Por José María García Carrasco y Antonio Román Muñoz
Las islas Galápagos están consideradas como un ecosistema único por la singularidad de sus endemismos, producto de los procesos evolutivos, al mismo tiempo que un símbolo de la conservación. No obstante, las actividades humanas no pasan desapercibidas en el remoto archipiélago, a unos mil kilómetros de la costa de Ecuador, Pacífico adentro.
La población humana de Galápagos ha pasado de 1.346 residentes a mediados del siglo pasado a más de 25.000 a día de hoy. A este incremento poblacional habría que sumarle los turistas que cada año visitan las islas, que han pasado de 70.000 al año en 1999 hasta los más de 275.000 turistas que anualmente recibe el archipiélago en la actualidad.
AUTORES
José María García Carrasco (jmgc@uma.es), biólogo por la Universidad de Málaga, está realizando su tesis sobre enfermedades zoonóticas transmitidas por aves.
Antonio Román Muñoz es profesor en el Departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga.
Ambos están interesados en la biogeografía aplicada a la conservación de las aves amenazadas.