Un estudio sobre trece manadas de lobos del Sistema Central, entre 2010 y 2018, aconseja cuánto trabajo de campo se necesita para valorar el estado de conservación de la especie. Al mismo tiempo, el trabajo alerta sobre la precariedad de esta población: las manadas están formadas por una media de 3'5 lobos y sólo la mitad de ellas se reproduce.
Por Abraham Prieto, Fernando Palacios y Victoria González
La tendencia a la recuperación de las poblaciones es un proceso común a varias especies de carnívoros europeos en las últimas décadas. En España tenemos los ejemplos evidentes del lince ibérico (Lynx pardinus) y el oso pardo (Ursus arctos), con claras perspectivas de mejora en ambos casos. Sin embargo, lo que está pasando con el lobo (Canis lupus) no invita al optimismo. Desde hace tiempo, científicos y conservacionistas independientes vienen alertando de que eslas poblaciones de lobos se evalúan con demasiada ligereza y las metodologías empleadas por las administraciones pecan de lo que podría llamarse una “severa incertidumbre”. En otras palabras, pocos investigadores no ligados a las administraciones de medio ambiente confían en cómo se están contando los lobos. Así las cosas, la preocupación por la situación de la especie está justificada y el caso de la población existente en el Sistema Central puede ser un buen ejemplo de ello.
El lobo fue eliminado del Sistema Central en 1976. Reapareció en torno al año 2006, después de un largo proceso de recolonización de sus territorios. En 2010, uno de los autores de este artículo, Fernando Palacios, como investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales, inició el seguimiento de algunas de las manadas existentes en esta región montañosa en las provincias de Ávila, Segovia, Madrid y Guadalajara. El trabajo se mantiene hasta el día de hoy gracias al Observatorio del Estado de Conservación del Lobo, un proyecto de ciencia ciudadana bajo coordinación científica cuyos resultados han revelado que el estado de conservación de la especie en esta zona, límite meridional de su área de distribución ibérica, no es favorable. Los datos obtenidos han sido publicados en la revista Hystrix.
AUTORES
Abraham Prieto Rodríguez es licenciado en Geografía y escritor. Trabaja como funcionario del Estado. Forma parte del Observatorio del Estado de Conservación del Lobo como investigador independiente.
Fernando Palacios Arribas ha sido científico titular del Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva en el Museo Nacional de Ciencias Naturales hasta 2019.
Victoria González Cascón es licenciada en Geografía y actualmente es responsable del Laboratorio de Biogeografía Informática del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
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