A día de hoy, catalogar la situación de la perdiz pardilla en el País Vasco es algo conflictivo. Técnicamente no está presente, pero hay registradas observaciones y se han realizado sueltas de ejemplares, tanto irregulares como controladas. Poner en marcha un programa de reintroducción requeriría resolver antes varias cuestiones importantes.
Por José María Fernández García, Ana Gracianteparaluceta, Joseba Carreras, Marta Olalde y Javier Sesma
Sin que podamos llegar a considerarla un “críptido”, uno de esos seres fantásticos que son objeto de estudio por la criptozoología, lo cierto es que, en las sierras del País Vasco, la perdiz pardilla (Perdix perdix) comparte algunos rasgos con esas criaturas que excitan la imaginación, aunque puedan residir únicamente en ella. Para empezar, si revisamos los compendios ornitológicos de la región, el estatus de la especie no está bien definido, lo que resulta asombroso en un territorio con alta densidad de pajareros y profusión de iniciativas para la descripción de la avifauna, incluyendo atlas basados en trabajos de campo. Hay incertidumbre hasta para considerarla integrante de la nómina actual de aves del País Vasco porque, aunque constan avistamientos en los repositorios de datos ornitológicos, muchos son ya antiguos; otros, dudosos por proceder de observadores menos cualificados; la mayoría se han notificado irregularmente en el tiempo, de forma que no terminan de sugerir una población asentada; y tampoco se han aportado pruebas fotográficas o materiales.
El caso es que algunas obras técnicas de referencia han admitido su presencia, pero otras no. Medio en broma, medio en serio, los pajareros locales solemos hablar de “la” perdiz pardilla, en singular, un ave con nombre propio, a caballo entre lo real y lo legendario, que aparece y desaparece a voluntad.
AUTORES:
José María Fernández García es veterinario y ha centrado su carrera profesional en el seguimiento y la conservación de fauna silvestre. Trabaja como técnico en el Área de Medio Natural de la Fundación Hazi.
Ana Gracianteparaluceta López de Torre es bióloga de la Fundación Hazi.
Joseba Carreras de Bergaretxe es jefe del Servicio de Patrimonio Natural de la Diputación Foral de Álava.
Marta Olalde Fernández es ingeniera forestal y trabaja en el Servicio de Patrimonio Natural de la Diputación Foral de Álava.
Javier Sesma Ausejo es biólogo, especializado en hábitats y flora, y técnico en el Servicio de Patrimonio Natural de la Diputación Foral de Álava.
Dirección de contacto:
José María Fernández García
Fundación Hazi
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