Tainas: construcciones pastoriles a punto de desaparecer

Texto y fotos: Vestal Etnografía

Hay un patrimonio rural en la Serranía de Cuenca asociado a la ganadería extensiva, de altísimo interés tanto etnográfico como natural, que está a punto de desaparecer. El de las tinás, tinadas, parideras, barracas o tainas, que de todas estas maneras pueden ser conocidas aquellas construcciones de piedra seca que daban tanta vida a nuestros paisajes. La construcción en piedra seca tiene un origen inmemorial. Muy usada sobre todo en el entorno mediterráneo fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el año 2018. Las tainas, además, eran construcciones bioclimáticas y sanitarias adaptadas plenamente al entorno, construidas en altos y sabiamente orientadas al sur.

A la izquierda, restos de una taina en Olmeda del Rey. A la derecha, detalle de un muro en el que se aprecia la técnica de piedra seca.

Pero también eran centros de riqueza ornitológica y florística. La taina llegó a ser por sí misma un hábitat imprescindible donde confluían una fauna y flora única que suponían un motor de biodiversidad no sólo por la riqueza orgánica que el ganado conllevaba sino por su propia estructura constructiva. La abundancia de sirle (excrementos de ganado), las oquedades de los muros o los huecos de los tejados daban lugar a una proliferación de insectos, aves y mamíferos que, sin embargo, terminan por desaparecer cuando la taina se abandona y se desmorona. Es emocionante ver cómo, a pesar de que los ganados ya no transitan por nuestros montes y que la taina está medio derruida, aún siguen acudiendo mochuelos, abubillas, colirrojos, collalbas, chotacabras... quizás por la querencia ancestral. Y al pie de los muros florecen parietarias, gordolobos y gordolobillos, marrubios, ortigas y malvas. Y por los prados y añojales que rodean la taina los cardos seteros nos prometen una de las setas más sabrosas del otoño: la Pleorotus eryngii.

Arquitectura y biodivesidad
Ante la urgencia del rescate, al menos, de su memoria y valor y, si fuera posible, de la propia presencia física de algunas de ellas, Vestal Etnografía ha llevado a cabo en los términos municipales de Olmeda del Rey y Las Valeras (Cuenca), el proyecto "Tainas: Biodiversidad y adaptación", financiado por la Diputación provincial de Cuenca y la Junta de Castilla-La Mancha. Este proyecto incluye la cartografía, catalogación y documentación de un total de 146 tainas, que suponen el total existente, independientemente de su estado de conservación. Todo ello plasmado a través de entrevistas a personas mayores protagonistas de aquel pasado pastoril, diferentes artículos y una ruta audioguiada con los conocimientos ecológicos y etnobiológicos asociados a las tainas.

Las tainas son un reflejo de una actividad pastoril milenaria que en estas tierras ha durado hasta hace relativamente poco. Su memoria aún vive entre unos pocos supervivientes. Su arquitectura y biodiversidad todavía puede estudiarse y son excepcionales recursos como adaptación constructiva y, por su rica y representativa biodiversidad, espacios idóneos para la educación ambiental. Sin embargo, no sabemos por cuánto tiempo porque el deterioro es continuo e irreversible.

Una abubilla descansa sobre los restos de una antigua taina.

Este proyecto es un homenaje y una reivindicación a la protección de estos espacios inmemoriales que nos hablan del pasado, pero sobre todo de futuro, adaptación y biodiversidad.

AUTORES:
Vestal Etnografía es una consultora biocultural que pretende recuperar y dignificar las prácticas y saberes tradicionales, hoy en riesgo de desaparición. Está formada actualmente por Eduardo Bollo Miguel, Tirso Moreno Ortega, José María Moreno Valdeolivas y Mario Rojo Valencia. Contacto: info@vestaletnografia.es