La Sierra de La Culebra, la misma que tiene fama internacional como destino privilegiado del turismo lobero, lleva décadas con una gestión cinegética del ciervo orientada a la obtención de grandes trofeos. De lo que nunca se habla es de las consecuencias negativas de este modelo de caza para la población del ungulado.
Por Ecologistas Zamora
A principios de los años setenta, los terrenos de la actual Reserva Regional de Caza “Sierra de la Culebra” se declararon Reserva Nacional de Caza. Los ciervos (Cervus elaphus), extinguidos probablemente desde principios del siglo XX, fueron reintroducidos con ejemplares procedentes de dos fincas de propiedad estatal ubicadas en la Sierra de Andújar y en los Montes de Toledo. Desde entonces, la población de este ungulado ha crecido en la reserva zamorana, de unas 70.000 hectáreas. En la actualidad su número se mantiene estable y no llega a los 1.700 ejemplares.
El ciervo es una de las presas más importantes para los lobos (Canis lupus) locales. Al mismo tiempo, su aprovechamiento cinegético –gestionado por la Junta de Castilla y León– busca únicamente obtener grandes trofeos y olvida la importancia de los grandes machos como reproductores. De hecho, los venados de mayor corpulencia y con cuernas bien desarrolladas son los que deberían permanecer como sementales, un aspecto totalmente despreciado.
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