La restauración ambiental del estuario de Oyambre en las últimas décadas ha brindado al proyecto LIFE AdaptaBlues la oportunidad de evaluar cómo este proceso ha contribuido a reactivar los servicios ecosistémicos del hábitat, por ejemplo, de cara a la mitigación del cambio climático. Todo un laboratorio vivo en la costa cantábrica.
Por María Recio, Cristina Galván, Inés Mazarrasa, Araceli Puente y José Antonio Juanes
El estuario de Oyambre, localizado en el oeste de Cantabria, se encuentra conformado por dos brazos de mar: el oriental, llamado ría de la Rabia, de orientación norte-sur, y el occidental, conocido como ría del Capitán, de orientación este-oeste. Ambos se unen en su desembocadura formando un cordón dunar en forma de flecha paralelo a la ría de la Rabia.
Con una superficie aproximada de cien hectáreas, Oyambre puede ser definido como un estuario de dominancia mareal, cuyos aportes de agua dulce provienen principalmente de escorrentía y de pequeños cauces fluviales como el río Turbio, que desemboca en la ría de la Rabia.
Uno de los aspectos clave en la evolución de este estuario es la transformación antrópica que ha sufrido a lo largo de los últimos dos siglos. Este proceso se inició en el siglo XIX con la construcción de los dos primeros diques en los tramos medios de ambas rías. Años más tarde, en 1900, se incorporaron compuertas al dique de la ría del Capitán con el objetivo de desecar el interior de este sector del estuario y realizar un uso agrícola de los terrenos ganados al mar.
AUTORES:
Los autores son investigadores del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria).
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