Tres importantes ONG españolas han presentado alegaciones contra dos macroproyectos de energía eólica en la Sierra de Gistredo, en la provincia de León, por el grave impacto sobre especies en peligro de extinción como el urogallo cantábrico, el oso pardo y el milano real, así como sobre espacios de alto valor ecológico.
Por WWF, SEO/BirdLife y Fundación Oso Pardo
Desde WWF, SEO/BirdLife y la Fundación Oso Pardo (FOP) hemos presentado alegaciones contra las centrales eólicas "El Páramo" y "Ampliación El Páramo" por su grave impacto sobre especies amenazadas y espacios de gran valor ecológico. Los proyectos, promovidos por una empresa filial de Repsol y actualmente en trámite de autorización, prevén la instalación de 23 aerogeneradores y más de doce kilómetros de líneas de evacuación aérea en una zona de gran riqueza natural en la provincia de León.
Una amenaza para especies en peligro de extinción
Las centrales eólicas propuestas afectarían a hábitats clave del urogallo cantábrico (Tetrao urogallus cantabricus), el oso pardo (Ursus arctos) y el milano real (Milvus milvus), todas ellas especies catalogadas “En peligro de extinción”. Además, el área de implantación se sitúa dentro del Área Importante para la Conservación de Aves y la Biodiversidad (IBA) "Sierras de Gistredo y Coto" y en las inmediaciones de espacios de la Red Natura 2000, como la ZEPA y ZEC "Alto Sil", ubicadas a menos de un kilómetro de los aerogeneradores proyectados. Desde WWF, SEO/BirdLife y FOP denunciamos que este proyecto amenaza gravemente especies en peligro y vulnera principios fundamentales de conservación. La Junta de Castilla y León tiene en marcha programas de cría en cautividad del urogallo, por lo que no deben permitirse proyectos que destruyan su hábitat. No tiene sentido invertir en recuperación mientras se autoriza su extinción.
Además, los aerogeneradores se situarían a menos de 2,5 kilómetros de un área crítica para el oso pardo, con registros de presencia documentados en la zona, y afectarían a un corredor esencial para la especie, que ha sido ignorado en el Estudio de Impacto Ambiental.
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Oso joven de la población cantábrica de la especie (foto: FOP).
Recordemos que en el pasado logramos frenar proyectos similares en la zona, que afectaban a la misma población de urogallo cantábrico, al anular los tribunales sus autorizaciones debido a su elevado impacto ambiental. Si la administración competente no rechaza estos proyectos, exploraremos todas las vías judiciales para impedir su implantación y proteger la biodiversidad de la Cordillera Cantábrica.
Las renovables deben ser responsables: el dónde importa
Reiteramos nuestro apoyo a la transición energética, pero exigimos que las energías renovables no se instalen en áreas de alto valor ecológico. Recordemos que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) y SEO/BirdLife han elaborado mapas de sensibilidad ambiental que identifican zonas adecuadas y áreas de exclusión para evitar impactos irreversibles. Las energías renovables son esenciales para frenar el cambio climático, pero no pueden desarrollarse a costa de nuestra biodiversidad. Las administraciones tienen herramientas para evitar estos conflictos y deben utilizarlas.
España necesita casi triplicar su capacidad instalada de energías renovables para 2030 si quiere cumplir con sus compromisos climáticos y reducir su dependencia de los combustibles fósiles. Sin embargo, proyectos como estos, con escasas posibilidades de ser autorizados debido a su alto impacto ambiental, sólo generan incertidumbre y ralentizan el despliegue de las renovables. Para alcanzar la descarbonización de la economía de manera efectiva es imprescindible que la planificación energética se base en criterios científicos y se enfoquen los esfuerzos en desarrollar proyectos en zonas de menor impacto, evitando propuestas inviables que sólo retrasan la transición energética.