Miércoles 22 de octubre de 2014
La identificación de áreas relevantes de biodiversidad puede convertirse en una herramienta de primer orden de cara a una política más eficaz de conservación de la naturaleza.
El modelo de selección puesto a punto por un equipo de ecólogos de la
Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), con el fin de detectar qué
sitios interesa más proteger, da algunas pistas sobre este asunto.
Un ejercicio que siempre ha interesado a los ecólogos es la evaluación de la biodiversidad. Este interés tiene una faceta intelectual, por ejemplo conocer las causas de las regularidades observadas, y otra aplicada, como favorecer la conservación de la naturaleza, aunque con frecuencia ambas están entrelazadas. Pero tareas como la restauración ecológica, la mitigación de impactos ambientales, la gestión de recursos naturales o la creación de redes de áreas protegidas requieren a menudo grandes sumas de dinero. En este contexto, disponer de una relación de lugares con características relevantes de biodiversidad permitiría sacar el máximo provecho a la inversión.
Para identificar cuáles son estas áreas relevantes de biodiversidad –que a veces se han denominado hotspots– en España hemos tomado como material de partida la presencia de anfibios (27 especies), reptiles (42 especies), aves (269 especies) y mamíferos (89 especies) en las más de 250 cuadrículas, de cincuenta por cincuenta kilómetros, en que se divide el territorio estatal. Canarias fue excluida de nuestro estudio por representar un bioma muy diferente.