Miércoles 22 de octubre de 2014
Cinco catedráticos reclaman una nueva política
ambiental para Galicia, al entender que la actual no sólo no resuelve sino que favorece la destrucción del medio natural. A la vista de las graves secuelas dejadas en bosques, montes, ríos y costas, los firmantes de este texto apuestan por un ordenamiento integral del territorio gallego, adaptado a las peculiaridades locales pero en sintonía con las actuales
tendencias tecnológicas y culturales.
Un repaso a la situación del medio ambiente de Galicia a través de la prensa en los últimos meses muestra un panorama tranquilizador. La conciencia ecológica de los gallegos se ha incrementado, los turistas valoran de forma prioritaria nuestro patrimonio natural y los efectos de catástrofes pasadas casi han desaparecido. Sin embargo, los que firmamos este texto –y sin duda muchos otros ciudadanos– somos conscientes de que el mapa ambiental de Galicia es un catálogo de actuaciones desastrosas, dibujado a costa de nuestro patrimonio natural.
En los últimos tiempos el paisaje gallego ha sufrido una creciente y tolerada destrucción. La eliminación de sus elementos tradicionales –el entramado parcelario, la red ancestral de caminos, los setos y los muros– y el absoluto desprecio a la arquitectura, unidos a la desaparición de nuestros bosques autóctonos y la proliferación de plantaciones, han convertido nuestro territorio en un desastre.
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