Miércoles 22 de octubre de 2014
El biólogo y dibujante Juan Antonio Moreno, pionero en el estudio de los tiburones en España, falleció el pasado mes de noviembre. Un accidente le recluyó en una silla
de ruedas durante los últimos veinte años de su vida, aunque eso no impidió
que siguiera investigando y trabajando en su especialidad.
La primera vez que publiqué un perfil sobre Juan Antonio Moreno fue en el diario El País, el 4 de febrero de 1982. Acababa de conocerle meses antes, en la primera exposición de artistas de la naturaleza que organizó Javier Sáez en el Torreón de Lozoya de Segovia en el año 1981. “Juan Antonio Moreno es un biólogo que al acabar sus estudios prefirió la investigación de campo a un puesto de PNN (profesor no numerario) en la facultad”, así empezaba aquel artículo que ocupaba la página 25 de la sección de Sociedad, en el que informaba de los naturalistas que habían logrado convertir su pasión en profesión y, mejor o peor, vivían de ella al tiempo que disfrutaban de una vida apasionante.
El catedrático de Zoología de la Complutense y fundador de la Sociedad Española de Ornitología, Francisco Bernis, había acogido a Juan Antonio en su departamento. Pero a Moreno le tiraba más la investigación de los tiburones que la enseñanza. Su pasión era la acción, embarcarse en los pesqueros del marrajo y recorrer los mares en busca de escualos.
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