Iniciativas compatibles con un santuario natural
Miércoles 22 de octubre de 2014
Con sólo cinco islas habitadas, el archipiélago de Galápagos
es, sin lugar a dudas, uno de los grandes santuarios naturales
del planeta. Sin embargo, se enfrenta a serios problemas
de conservación, como la sobrepesca, los desequilibrios
que crea el ecoturismo y la introducción de especies
exóticas. La cooperación española trata de respaldar
aquí iniciativas locales que promuevan el desarrollo
sostenible y garanticen la conservación de
los ecosistemas terrestres y marinos.
A la ausencia de viento se unieron las corrientes marinas para que una nave de la Armada Real Española fuese a dar con las costas de unas extrañas islas en la mañana del 10 de marzo de 1535. A bordo y a la deriva, el entonces obispo de Panamá, fray Tomás de Berlanga, se había desviado involuntariamente de su ruta hacia el Perú. Cuando, después de superar numerosas dificultades, pudo retornar al continente, Berlanga informó de su hallazgo al emperador Carlos V. En su misiva, el clérigo hablaba de unas islas deshabitadas e inhóspitas donde “...no hallaron sino lobos marinos, e tortugas e galápagos tan grandes que llevaba cada uno un ombre encima, e muchas higuanas que son como sierpes, ...muchas aves como las de España pero tan bobas que no sabian huir, e muchas tomaban a manos” (1). Todavía hoy, la sensación más común entre quienes se acercan por primera vez a las islas Galápagos es sentir, en todos y cada uno de los rincones, la presencia de esa naturaleza caprichosa y excepcional que constituye el principal atractivo del archipiélago.
Debido a su reciente formación geológica (menos de cinco millones de años) y a su origen volcánico en una profunda depresión oceánica, alejada del continente, las distintas especies terrestres y marinas que fueron arribando a las islas evolucionaron para formar un ecosistema único en el mundo, tanto por su biodiversidad como por su alto porcentaje de formas exclusivas o endémicas (Cuadro 1). También son dignas de destacar las originales soluciones adaptativas que estas especies, tanto animales como vegetales, fueron desarrollando a lo largo de cientos de miles de años (2).