Víctimas del comercio ilegal, las tres especies no superan los tres mil ejemplares
Miércoles 22 de octubre de 2014
Los rinocerontes son posiblemente los
mamíferos a los que más ha afectado el
comercio ilegal de vida silvestre. Toda la culpa la tiene un cuerno, una masa de pelos
endurecida a la que unos atribuyen
propiedades curativas o afrodisíacas y otros aprovechan para fabricar las empuñaduras de sus dagas. Hoy en día, los efectivos de las tres especies asiáticas
no superan los tres
mil ejemplares y el
declive no cesa.
Representantes vivos de un mundo perdido, a la vista de cualquiera de las tres especies de rinocerontes asiáticos nos asalta siempre la misma impresión: ¿son animales reales o son reproducciones de seres prehistóricos? Llama la atención en ellos esos característicos pliegues cutáneos –no son placas del tipo de las de los dinosaurios, aunque lo parezcan– que les confieren un aspecto antediluviano y casi reptiliano.
Hay quien sostiene que la leyenda del unicornio en la Europa medieval provendría de observaciones de estas criaturas. Mitos o interpretaciones al margen, la realidad es que en esas pieles están marcadas las huellas de sesenta millones de años de evolución, a partir de ancestros que poblaban Europa y América, donde ahora no existe ninguna especie similar.