Miércoles 22 de octubre de 2014
Como otras aves adaptadas a la vida en la alta montaña, el gorrión alpino (Montifringilla nivalis) corre el riesgo de verse afectado por el calentamiento global de la atmósfera. De hecho, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) lo tiene incluido entre las diez especies más sensibles al cambio climático, junto con dos reconocidas joyas como el panda gigante y el oso polar. Por otra parte, el exceso de ganado, las estaciones de esquí, las pistas forestales y un sinfín de molestias contribuyen a alterar su hábitat, hasta tal punto que la presencia de gorriones alpinos se interpreta como un indicador fiable del buen estado de conservación de las montañas. Los ornitólogos Ángel Fernández y Clemente Álvarez han recopilado su mucha experiencia de campo para ofrecernos un completo reportaje sobre la biología y la distribución de esta desconocida especie.
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