La cuenca del río Savegre como modelo de gestión integral

El río Savegre se descuelga desde los 3.500 metros de la cordillera central de Costa Rica hasta las costas del océano Pacífico en poco más de
cuarenta kilómetros de recorrido. Su cuenca forma, por lo tanto, un
abigarrado mosaico de ecosistemas y es una auténtica reserva de
biodiversidad. Pero allí viven unas 3.800 personas, de manera que
la cooperación española se ha marcado como objetivo impulsar
unas actividades económicas, con el ecoturismo como estandarte,
que no hipotequen su riqueza natural.

El desarrollo de Costa Rica ha estado ligado a las actividades agrícolas y ganaderas, que dinamizaron mucho la incorporación del país a la economía mundial desde mediados del siglo XIX. Históricamente, los procesos de uso y ocupación de la tierra se han caracterizado por seguir tendencias espontáneas, en particular vinculadas con la apertura de nuevos caminos y el trazado de tendidos eléctricos, con una frontera agropecuaria dinámica y acelerada que avanza sobre terrenos forestales, considerados incultos e infrautilizados hasta hace pocos decenios.

Muy recientemente, pero con mayor énfasis en los años noventa, la sociedad ha comenzado a considerar los diferentes valores, implícitos y explícitos, del bosque. Todos aprecian ahora los servicios ambientales que dispensa y los procesos ecológicos que sustenta, ya sea de forma directa o indirecta. Unido al bosque, el recurso hídrico ha captado la atención de los planificadores. Asegurar la calidad y la cantidad del agua es una prioridad para todas las sociedades, en particular allí donde escasea debido a los procesos acelerados de urbanización y producción intensiva. La cuenca del río Savegre cuenta con una gran cantidad de bosque que es, al mismo tiempo, sustento del recurso hídrico. Su papel en la generación de energía trasciende sus límites geográficos hasta convertirse en una prioridad nacional.