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El declive del conejo en España

Evidencias a partir de las estadísticas de caza

Miércoles 22 de octubre de 2014
Los únicos datos objetivos que tenemos sobre la
evolución de nuestras poblaciones de conejo proceden de las estadísticas de caza y el balance general apunta al declive. Tanto es así, que en algunas regiones podría considerarse al conejo como una especie amenazada. Cazadores, agricultores, científicos, conservacionistas
y técnicos de las administraciones públicas
están emplazados a diseñar un plan

de recuperación de la especie.


El conejo (Oryctolagus cuniculus) es la especie clave de los ecosistemas mediterráneos, pues son muchos los depredadores que dependen de ella como presa base. Dos de estos depredadores, el lince ibérico (Lynx pardinus) y el águila imperial (Aquila adalberti), se encuentran amenazados de extinción debido precisamente al declive que han sufrido las poblaciones de conejo. Este hecho ha despertado un gran interés por conocer mejor su biología y sus problemas de conservación, así como las medidas de gestión que deberían aplicarse al lagomorfo. No obstante, el conejo también merece un cierto grado de interés por sí mismo, dado que es una especie endémica con atributos ecológicos y estrategias vitales realmente destacables. A pesar de ello, las investigaciones sobre la especie sólo han avanzado algo en la última década.

El conejo ha sido siempre muy abundante en España, hasta tal punto que el nombre de nuestro país parece hacer mención a este hecho. Por lo visto procede de un vocablo fenicio que significaría “tierra de damanes”, si bien algunos especialistas en lenguas muertas lo ponen en duda. Lejos de estas disquisiciones eruditas, está claro que los conejos siempre han formado parte fundamental de nuestros ecosistemas, tal y como queda de manifiesto en los yacimientos peninsulares del Pleistoceno. Su abundancia hizo que fuera incluso un ingrediente básico de la dieta de los españoles durante la Guerra Civil y los duros años de la posguerra.

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