Miércoles 22 de octubre de 2014
Quizá los mares aún no agonicen, pero sí están sufriendo cambios muy severos a causa de las actividades productivas del hombre a lo largo y ancho de todo el mundo. Los grandes depredadores, por ejemplo, como atunes, tortugas, focas, peces espada y cetáceos, se encuentran en franca regresión, al igual que buena parte de las estructuras vivas del fondo marino, entre ellas los arrecifes coralinos y las praderas de fanerógamas. Todo ello contribuye a que ecosistemas enteros busquen un nuevo equilibrio, basado en la abundancia de invertebrados de pequeño tamaño y vida acelerada. Los mares de hoy son distintos a los de antes. Los hemos hecho distintos con la pesca, la contaminación y las urbanizaciones costeras, como muy juiciosamente advierte Sergio Rossi, biólogo adscrito al Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC), apoyado en una avalancha de pruebas y evidencias.
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