Resultados del seguimiento durante cinco años de esta población segoviana
Miércoles 22 de octubre de 2014
WWF/Adena ha realizado el seguimiento de la población de alimoche de las
hoces del río Riaza (Segovia) durante los últimos cinco años. Los resultados de los censos anuales, junto con el radio-seguimiento desde 2000 de más de veinte
ejemplares, confirma la desaparición de parejas y la muerte de reproductores,
principalmente por venenos y tendidos eléctricos.
En 1996 se detectó el primer caso significativo de mortalidad de alimoche (Neophron percnopterus) en las hoces del río Riaza (Segovia), uno de los grandes santuarios españoles para las rapaces rupícolas. Al poco de llegar esta especie de sus cuarteles de invernada en África, Francisco Martín, guarda de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), encontró dos ejemplares adultos en lo alto de un cortado. Los cadáveres fueron entregados a la guardería de la Junta de Castilla y León, pero nunca se pudo confirmar si las aves fueron envenenadas.
En junio de 1997, el guarda de WWF/Adena Jesús Hernando sospecha de la actitud de un alimoche que comía entre las hojas de una remolacha. Al acercarse, comprueba que hay cebos envenenados. El Seprona abriría diligencias y encontrarían nuevos cebos. Al día siguiente, un agricultor nos hacía el siguiente relato: “Estaba realizando unos trabajos por la zona cuando de repente veo caer desde el cielo un alimoche prácticamente en barrena”. El ave sobrevivió al veneno y a la caída.
Dos semanas antes, unos kilómetros río Riaza abajo, otro alimoche con menos suerte fue observado en el nido, ya cadáver, por otro buen conocedor y divulgador de la zona, el naturalista Fidel José Fernández. Los análisis toxicológicos no pudieron demostrar nada, pero estaba claro que se estaban produciendo demasiados episodios de mortalidad en un período de tiempo muy pequeño.
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