Ilustración de un ibis eremita procedente de la Ornithologiae (1603) de Ulisse Aldrovandi. Bajo el nombre del autor puede leerse “Phlacrocorax ex Illyriomillus”, es decir, “Phalacrocorax (nombre antiguo del ibis eremita) procedente de Illyria” (la actual Croacia
Abundantes restos fósiles hallados en la Península
Por Iñigo Sánchez
Miércoles 22 de octubre de 2014
El ibis eremita cuenta en la actualidad con tres pequeñas colonias de cría, una situada en Marruecos y las otras dos en Turquía y Siria. Sin embargo, se trata de una especie cuya distribución histórica fue circunmediterránea y en este artículo se recopilan por primera vez las citas que atestiguan su presencia en la península Ibérica.
Hasta fechas recientes se pensaba que el ibis eremita (Geronticus eremita) era una especie propia del norte de África y Oriente Medio, y como tal fue descrita por Wagler en 1932. Pero fue Lord Rothschild (1), famoso naturalista y filántropo del siglo XIX, el primero que llamó la atención sobre las citas de Konrad Gessner (2), médico suizo del Renacimiento, y otros autores de su época sobre la presencia de esta ave en Europa central (Austria, Suiza y Alemania) hasta el siglo XVII. Dichos autores la conocían con el nombre latino de Corvus sylvaticus y con los vernáculos alemanes “waldrapp” (cuervo del bosque) o “steinrapp” (cuervo de las rocas).
Sin embargo, hay indicios fiables de que el ibis eremita ocupaba un área más amplia en otras regiones europeas. Recientemente se han publicado evidencias de su presencia histórica en Grecia (3), Italia y Eslovenia (4), además de sugerirse su extinción de Francia durante la Edad Moderna (5). Además, en la Ornithologiae de Ulisse Aldrovandi (1522-1605) se ilustra un ejemplar capturado en Illyria, la actual Croacia (6). Estas evidencias, unidas al hallazgo de restos fósiles en distintas localidades del sur de Europa, han hecho reconsiderar la distribución original de la especie que es, a todas luces, circunmediterránea.
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