CUADERNO DE CAMPO
Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
Texto y fotos: Rafael Serra
Una breve visita a Isla Grosa –situada frente a La Manga del Mar Menor, en Murcia– ha servido para valorar mejor la trascendencia de las zonas importantes para las aves marinas, que se intentan crear al socaire de la experiencia ya ganada en tierra firme.
La Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) eligió en su día al paíño europeo (Hydrobates pelagicus) como ave del año 2007 y, desde luego, no puede decirse que fuera una decisión baladí. Era conveniente que se tratara de un ave marina, ya que BirdLife International está inmersa en un proceso muy ambicioso para declarar en el mar Zonas Importantes para las Aves (Important Bird Area, IBA) con los mismos criterios que tan buenos resultados han dado en tierra firme. En efecto, las aves marinas europeas se encuentran aceptablemente protegidas durante el breve periodo de tiempo que recalan en costas, islas e islotes para criar, pero no ocurre lo mismo durante el resto del año, cuando viven en mar abierto. En el caso concreto de España y Portugal, SEO/BirdLife y la Sociedade Portuguesa para o Estudo das Aves (SPEA/BirdLife) han definido tres grandes tipos de áreas marinas a proteger: las aguas cercanas a las colonias de cría, las zonas de concentración en alta mar y los corredores migratorios.
Con el propósito de divulgar aún más los contenidos del proyecto Life Áreas importantes para las aves (IBA) marinas en España, SEO/BirdLife y la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) organizaron a finales de mayo un viaje para periodistas ambientales a Isla Grosa, situada frente a las costas de La Manga del Mar Menor (Murcia). El objetivo era participar en un anillamiento nocturno de paíños, pero también visitar el emplazamiento de una de las principales colonias de gaviota de Audouin (Larus audounii) del Mediterráneo español.
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