Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
La carencia de recursos alimenticios podría ser la causa de que al menos entre ocho y diez oseznos nacidos en 2006 en la cordillera Cantábrica no hayan podido sobrevivir, revela Fapas en un informe. Esta preocupante tasa de supervivencia contrasta con el paulatino aumento de hembras reproductoras y de nacimientos de esta población osera, indica este grupo naturalista.
El pasado 3 de julio Fapas presentó a la Comisión Europea un informe que detalla el impacto negativo que está teniendo en el oso cantábrico la recogida sistemática de ganado muerto en el monte, por exigencias de la normativa de sanidad animal.
En este trabajo se detalla que, tan sólo en la vertiente asturiana, se retiran anualmente más de doscientos mil kilos de carne susceptible de ser consumida por el oso y otras especies de hábitos carroñeros. Fapas reclama a Bruselas medidas legales para abordar este problema, al igual que se está haciendo con las rapaces necrófagas (ver Quercus 257, págs. 62 y 63).
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