Miércoles 22 de octubre de 2014
El pasado 16 de enero, un tribunal de París impuso una indemnización de casi doscientos millones de euros a la compañía petrolera francesa Total por la marea negra que afectó a las costas de Bretaña (Francia) en diciembre de 1999, a raíz del accidente sufrido por el Erika. La sentencia condena también a la sociedad italiana de certificación naval responsable de las inspecciones técnicas de este buque.
Durante una tormenta en el mar Cantábrico, el Erika se partió en dos y liberó unas veinte mil toneladas de fuel, que afectaron a más de cuatrocientos kilómetros de costa. La catástrofe acabó con la vida de más de setenta mil araos (Uria aalge), frailecillos (Fratercula arctica), alcatraces (Morus bassanus) y gaviotas tridáctilas (Rissa tridactyla), entre otras especies de aves marinas.
Varias de las ONG denunciantes en este proceso judicial, como la Ligue pour la Protection des Oiseaux (LPO), dedicada a la conservación de la avifauna, se beneficiarán de las indemnizaciones establecidas.
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