El número estimado de especies puede cifrarse en torno al millar
Miércoles 22 de octubre de 2014
Por Andrés Baselga
El Parque Natural de las Fragas del Eume está situado al norte de la ciudad de La Coruña y tiene 9.393 hectáreas de superficie. Es uno de los ejemplos mejor conservados de bosque atlántico ribereño y, dada su alta diversidad vegetal, alberga una muy variada fauna de insectos. Solamente entre los coleópteros, hasta la fecha se han citado aquí 635 especies pertenecientes a 53 familias.
El valle fluvial del Eume está cubierto por una extensa masa forestal compuesta fundamentalmente por robles carballos (Quercus robur), castaños (Castanea sativa), avellanos (Corylus avellana) y laureles (Laurus nobilis). La fuerte pendiente de sus laderas ha impedido una explotación humana similar a la sufrida en otras zonas de Galicia y por eso el valor ecológico de la “fraga” –nombre gallego de estos bosques caducifolios–, es muy alto, aunque no fue reconocido oficialmente hasta 1997, año de su declaración como parque natural.
El interés que tiene este espacio para la conservación de la naturaleza puede deducirse por la presencia de especies animales tan emblemáticas como el lobo (Canis lupus) o el búho real (Bubo bubo), así como por la aparición de plantas de distribución muy restringida como Woodwardia radicans o Culcita macrocarpa, helechos subtropicales que atestiguan la evolución de estos bosques a partir de las laurisilvas del Terciario, hace aproximadamente dos millones de años (véase artículo en páginas siguientes). Pero, sin duda, uno de sus mayores hitos es la gran biodiversidad que llega a concentrarse en un área relativamente pequeña y que incluye, por ejemplo, 40 especies de mamíferos, 103 de aves, 10 de reptiles, 13 de anfibios, 220 de briófitos (musgos y hepáticas) y más de 240 de líquenes.
En este sentido, los invertebrados, que representan la mayor parte de la diversidad del ecosistema, son los grandes desconocidos del parque. La enorme diversidad de invertebrados, así como su pequeño tamaño, hace difícil su estudio, por lo que históricamente han recibido mucha menos atención que los vertebrados o las plantas. Sin embargo, en las Fragas del Eume el buen grado de conservación del bosque hace suponer que las comunidades de invertebrados son muy diversas y, por lo tanto, tienen un interés comparable o superior a las de vertebrados. Por ello, es necesario conocer mejor la diversidad real de este tipo de ecosistemas, ya que actualmente incluso desconocemos el número de especies que pueden vivir en el parque. La mayor parte de la información disponible se limita, por ejemplo, a conocer la existencia de algunos invertebrados protegidos como el caracol de Quimper (Elona quimperiana), una mariposa conocida vulgarmente como doncella de bandas rojas (Euphydryas aurinia) y el célebre ciervo volante (Lucanus cervus).