La especie se extiende hacia Andalucía oriental
Por Jesús Duarte, Miguel Ángel Farfán, J. Mario Vargas, José Carlos Guerrero, Alba Estrada, Raimundo Real, Pablo J. Rubio y Luis Javier Palomo
Miércoles 22 de octubre de 2014
Presentamos aquí los resultados de un reciente estudio sobre la expansión del corzo andaluz realizado en Málaga. Desde sus núcleos de población situados en la sierra de Cádiz, el corzo se está expandiendo hacia Granada. En este proceso de colonización sigue los valles fluviales y las zonas de reserva forestal de la Costa de Sol como pasillos para alcanzar nuevos territorios. Dichos pasillos están ubicados en el interior de la costa malagueña y recorren un paisaje en mosaico, fragmentado por urbanizaciones y campos de golf.
Cuando se habla del corzo andaluz (Capreolus capreolus garganta) siempre se hace referencia a las poblaciones de Cádiz y Málaga. En Cádiz ocupa buena parte de las sierras de Los Alcornocales y Grazalema, mientras que en Málaga ha estado tradicionalmente confinado a la pequeña porción de terreno que esta provincia aporta a ambos parques naturales, en concreto los montes de La Sauceda y El Robledal, así como las sierras de Cortes, Montejaque y Ronda.
Pero recientemente se ha constatado que el corzo ocupa un área de distribución más amplia en Málaga, ya que también está presente en los espacios naturales de Sierra Bermeja, Crestellina y Valle del Genal, que suponen la continuación natural de las áreas antes citadas. Es más, en la base de datos adscrita al atlas de distribución de las especies ibéricas que gestiona la Sociedad Española para la Conservación y el Estudio de los Mamíferos (SECEM), el corzo aparece también de forma habitual en otras sierras malagueñas. Por ejemplo, en los bosques mixtos de alcornocal y pinsapar que el Parque Natural Sierra de las Nieves alberga en la zona de Monda e Istán (montes de Bornoque) y en algunas sierras costeras al sur de este espacio protegido, tanto formadas por peridotitas (rocas ultrabásicas) con vocación de pinar y alcornocal (Palmitera, Real y Apretaderas), como calizas con vocación de encinar y pinar (Blanca y Canucha). Las citas más recientes sitúan al corzo en sierras aún más orientales: Alpujata (Monda), Parda y Negra (Ojén), Mijas y puntualmente en las de Tejeda y Almijara (comarca de la Axarquía malagueña), limítrofes ya con la provincia de Granada. Todo ello parece sugerir, que en el contexto de las sierras malagueñas, el corzo también podría estar expandiéndose hacia la zona oriental.
Así pues, aparte de tener un gran interés ecológico y económico, el corzo es además una especie singular en el caso de Málaga. A la vista de todos estos datos, en el grupo de investigación Biogeografía, Diversidad y Conservación de la Universidad de Málaga nos planteamos comprobar a pie de campo su situación real. Al igual que en otros vertebrados, ya se había desarrollado un modelo de áreas favorables para el corzo en Andalucía (1), de manera que se daban las circunstancias idóneas para comprobar si sus predicciones eran coherentes con los datos de un muestreo de campo a mediana y pequeña escala. Así pues, decidimos determinar la presencia y estructura de la población de corzos en sierra Bermeja (Estepona), una zona situada en el borde del área de distribución de la población estable más occidental que se conoce. Estimamos la densidad de la población y otros parámetros para comprobar si eran los típicos de una especie en expansión. Y, al mismo tiempo, estudiamos el hábitat tipo que usa el corzo en esta zona y los factores ambientales, tanto positivos como negativos, que le afectan para determinar así hasta qué punto podrían ser aptas otras zonas para esta especie en Málaga. Esta recopilación de datos, junto con las citas registradas en todo el territorio malagueño, nos permitiría poner a prueba las predicciones del modelo de favorabilidad.
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