Tribuna
Emilio Blanco y otros autores
Miércoles 22 de octubre de 2014
La Asociación de Amigos del Tejo propone un decálogo ético para la visita de los árboles monumentales silvestres, ante el creciente uso de estos tesoros naturales como recurso turístico. Muchas de las ideas de fondo de sus recomendaciones son aplicables a otros ámbitos del turismo de naturaleza.
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Los árboles y las arboledas monumentales están soportando una presión acentuada a causa de la curiosidad y la creciente atención que merecen. Sin embargo, este legítimo interés pone en grave peligro a unos seres y ecosistemas de incalculable valor que han llegado hasta nosotros, en no pocas ocasiones, por encontrarse en lugares inaccesibles o poco conocidos. Urge regular del modo más preciso y exigente las visitas guiadas a estos verdaderos santuarios de la vida silvestre.
La visita a los árboles monumentales en plazas, parques e iglesias, en cercanías de los pueblos y lugares más o menos humanizados es aconsejable, siempre que se respete escrupulosamente el entorno, y tiene un extraordinario sentido didáctico. Sin embargo, en estado silvestre deberían salvaguardarse con mayores precauciones.
Hemos de pensar que basta un grupo o una persona, una administración poco escrupulosa o una actuación descuidada durante un breve lapso de tiempo para terminar con la vida de un árbol o sentenciar un bosque centenario, comprometiendo un proceso vital que deberíamos transmitir a las generaciones futuras, quien sabe si por cientos de años aún.
Hay que propugnar que las administraciones locales, autonómicas y estatales cumplan la ley, además de establecer mecanismos reales de control, gestión y uso, con medios materiales, humanos, técnicos y económicos específicos.
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