El medio marino es uno de los ecosistemas más valiosos de Galicia y, debido a su alta productividad, alberga un importante número de especies; algunas de ellas amenazadas, como los cetáceos. Además, en estas aguas faena una de las flotas pesqueras más importantes del mundo.
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En las aguas gallegas se han citado hasta veinte especies de cetáceos y el principal objetivo de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) es estudiarlos, promover su conservación y divulgar sus características, empeño en el que lleva centrada más de quince años. Entre las muchas actividades impulsadas por la Cemma se encuentra la red de observación costera de cetáceos, la asistencia en caso de varamiento, las campañas de embarques litorales y diversas labores de educación ambiental. Sin embargo, las campañas para estudiar las poblaciones de cetáceos en aguas exteriores siempre ha sido una asignatura pendiente, debido básicamente a dos problemas: la dificultad para encontrar una embarcación adecuada y la financiación necesaria para emprender este tipo de proyectos.
Ahora bien, la Consejería de Pesca y Asuntos Marítimos de la Xunta de Galicia, a través de la Subdirección General del Servicio de Guardacostas, cuenta con un programa destinado a la protección de los recursos marinos, lucha contra la contaminación y salvamento marítimo, para el cual dispone de una serie de recursos humanos y materiales, entre ellos una importante flota de embarcaciones. Uno de los cometidos del Servicio de Guardacostas es la labor de apoyo y asistencia a la flota pesquera que cada año participa en la costera del bonito, compuesta por más de cuatrocientas embarcaciones procedentes de diversos puertos de la cornisa cantábrica y la costa gallega.
Gracias al diálogo y la colaboración que se ha entablado entre la Consejería de Pesca y la Cemma, ha sido posible que un biólogo de esta organización tuviera la oportunidad de participar como observador de cetáceos a bordo del Irmáns García Nodal y del Sebastián de Ocampo, dos barcos pertenecientes al Servicio de Guardacostas de Galicia, con el objetivo de estudiar los cetáceos asociados a la costera del bonito. Es lo que ha dado en llamarse Campañas Thunnus.
Muestreo de cetáceos en alta mar
La primera campaña tuvo lugar entre los meses de agosto y septiembre de 2007. Fue un primer embarque de carácter experimental para valorar qué tipo de resultados e información podía proporcionar esta forma de seguimiento. Los resultados fueron muy buenos y, de hecho, sobrepasaron con creces las mejores expectativas. Por este motivo, en el año 2008 se han organizado cuatro campañas más entre los meses de junio y agosto.
La zona de estudio cubierta a lo largo de estas cinco campañas (una en 2007 y cuatro en 2008) abarca las aguas exteriores de la costa gallega, el golfo de Vizcaya y la región de Gran Sol. El biólogo de la Cemma que estuvo embarcado fue José Martínez Cedeira y a él debemos el muestreo de cetáceos y la recogida de datos que aquí se expone. No obstante, el trabajo de observación estuvo condicionado notablemente por el estado del mar, de manera que los muestreos solamente fueron posibles cuando dichas condiciones eran las adecuadas.
Durante un total de 82 días embarcado, el biólogo de la Cemma pudo completar 159 periodos de observación desde cubierta, barriendo visualmente la superficie del mar de manera continua y con ayuda de unos prismáticos, para tratar de detectar a todos los cetáceos presentes en la zona. Además de diversos datos ambientales recogió información precisa de todos los avistamientos registrados, entre ellos la especie implicada, el número de individuos, la presencia de crías y el tipo de comportamiento. Siempre que fue posible, también sacó fotos de los animales avistados, que pasaron a formar parte de un banco de imágenes específico y creado a tal efecto. Además, durante las dos últimas campañas pudo contar con una cámara de vídeo para grabar los avistamientos. Durante los embarques prestó asimismo una especial atención a la presencia de aves y demás fauna marina, como tiburones, peces luna y medusas. Toda la información recogida fue referenciada geográficamente y quedó almacenada en bases de datos específicas.
Los barcos Irmáns García Nodal y Sebastián de Ocampo, por sus características y estructura, fueron unas excelentes plataformas de observación para el trabajo de campo y el estudio de las poblaciones de mamíferos marinos.